Os contaré algo. Yo soy una persona a la que le encanta leer, lo adoro, leer es para mí como una droga. Cada vez que leo una obra, yo saco algo de ese libro y él también se queda con una parte de mi ser. Desde hace ya varios años, llevo a cabo una tarea cada vez que leo: mientras disfruto de la lectura, apunto todo lo que me ha gustado o me ha impactado, después lo anoto en un folio, junto a un resumen de la obra y mi opinión sobre el, por último, en la parte superior de la hoja pongo el título, el autor y mi puntuación, que oscila entre el pésimo (calificación que aún no ha obtenido ninguna lectura) hasta la obra maestra.

En fin, con el paso del tiempo he acumulado un buen número de folios y es algo de lo que me siento orgullosa y, también he creado una pequeña obra propia (no me refiero a libros, de esos he creado más que uno, pero en un mundo tan competitivo como el nuestro es demasiado difícil que alguien acepte publicarlos. AUNQUE YO SEGUIRÉ SOÑANDO CON EL DÍA EN QUE MIS ESCRITOS SEAN LEÍDOS POR ALGUIEN QUE LOS VALORE). Esa creación consiste, más bien, en pequeños deseos y anotaciones en momentos difíciles y, hoy, quiero compartir algunas de esas anotaciones con vosotros.

Dudo de mí,

dudo de ti.

Dudo del amor

y de la muerte.

Dudo de la vida,

porque no me ha dado nada,

dudo de mí,

porque no he sabido aprovecharla.

Llegará un día en el que las personas seremos conocidas por como somos y no por como vestimos.

Han sido tantas las personas que han muerto,

mueren y morirán por decir la verdad,

que a veces me pregunto cuándo terminará

la ceguera y el cinismo de la sociedad.

Esta es sólo una pequeña muestra, quizás, algún día, vuelva a poner algo más sobre mi pequeña creación propia, pero al mismo tiempo, impropia.