Qué decir sobre estos fantásticos animales o, al menos, fantásticos para mí. no sé que es exactamente lo que me gusta de los lobos o lo que me atrae de ellos, pero es algo que me ha pasado desde que tengo uso de razón. Quizás les veo parecido a mí. No sé. Lo que sí sé es que me gustan. Un día mi hermana me dijo: "si los tuvieras delante de ti seguro que no te gustaban tanto", y también puede que sea cierto. Pero, según tengo entendido, los lobos no atacan a los humanos, siempre y cuando éstos no les provoquen. Muchas personas le echan la culpa de grandes matanzas de animales, pero, en definitiva, la culpa es de los humanos, si las personas no les hubiesen arrebatado lo que ellos cazaban en el bosque, los lobos no se verían obligados a salir de las montañas para tener que alimentarse. Después de todo forman parte de la cadena alimentaria y son necesarios para que el orden se mantenga.

No distingo exactamente qué es lo que más me atrae de ellos. Puede que sea su bonita piel o su forma de comportarse. Es muy curioso, los lobos luchan constantemente los unos con los otros para demostrar cual es el que domina o cual es el que se lleva un pedazo mayor de comida, pero, cuando alguien o algo ataca a su manada se defienden a muerte, salvando y protegiendo a todos aquellos con los que un día pelearon. También puede que me gusten por el hecho de que son animales salvajes, pero pueden ser criados por humanos y mantenidos como mascotas y, después de esto, son más fiables aún que los perros. También me encanta la manera en que protegen a sus hembras y a sus hijos.

Últimamente, desde la aparición masiva de lobos guapos en crepúsculo, estos animales han tenido más fama, aunque me parece un poco insensato que si alguien busca lobos en internet lo primero que salga sea una imagen de la saga Crepúsculo y, antes de ser juzgada por la enorme cantidad de fans de estas obras, he de decir que a mí también me gustan esos libros y esas pelis y que, como todas las adolescentes, disfruto de la visión de Taylor. Pero, aún así, no es justo. Los lobos son unos seres hermosos que no han hecho nada malo, a parte del hecho de desear vivir.

A mí, personalmente, me encantan estos animales y me siento muy identificada con ellos, quizás por el hecho de que saben vivir en soledad, perfectamente, pero también saben adaptarse a una manada en la que se protejan unos a otros.

En definitiva, no sé, quizás los adore por su bello aspecto, por la mitología de sus historia, por su continua asimilación a la libertad, o por aquella infantil visión de la peli Colmillo Blanco, en la que el hermoso lobo terminaba siendo el mejor amigo de un joven hombre. Así que, antes de juzgar a estos animales, como cuando se juzga a las personas (que no debería hacerse), hay que comprender su forma de vida y su caso particular. Recordemos que en la película Colmillo Blanco, el bello lobo blanco-grisáceo, no entrega su amistad y su respeto al hombre hasta que éste le brinda su confianza y, también, su respecto. Como en la vida real, el amor, el respeto, la confianza y la amistad, han de ser sentimientos recíprocos y nunca se han de desear poseer sin antes entregarlos.

Finalmente, dedico este texto a todos los que amen a los animales, en general, y a los lobos, en particular. Pero, sobre todo, se lo dedico a todas esas personas que como yo, la mayoría de los días, se han sentido lobos solitarios, rodeados de cazadores con un rifle cargado...