miércoles, 1 de septiembre de 2010


¿Es la muerte el final?, a lo mejor no es más que el principio. Yo no lo sé. Lo cierto, es que yo no soy creyente, no es que no pueda pensar en que exista un ente superior llamado Dios, en realidad, si existe o no es algo que no me quita el sueño. Pero sí hay algo que me despierta brutalmente cada noche: el hecho de que la Iglesia, como institución me refiero, se aproveche de la gente creyente para obtener un beneficio, la mayor parte de las veces, económico. Como decía Maruja Mallo, una pintora de mi tierra, no se trata de la santa madre iglesia, sino de la santa mafia iglesia. Con esto no quiero decir que haya que quemar iglesias y matar a curas, ni mucho menos, cada quien es libre de decidir en que cree y a quien sigue. Pero sí es cierto que es una institución bastante manipuladora y falsos: realizan los mismos actos que condenan. Si la gente quiere seguir a Dios, pues que lo haga, pero no creo que sea casualidad que la supuesta palabra de Dios no haga más que beneficiar a sus supuestos súbditos en la Tierra. De todos modos, hay que agradecerles a ellos que cuando no había dinero para construir, fueran tan amables de poner miles de templos para que quedase reflejado el movimientos artístico de la época. Aunque también hay que "agradecerles" que tengan unos coches magníficos y unas mansiones de lujo mientras más de la mitad de la población mundial vive en la pobreza.
Y, debo decir que yo he leído partes de la biblia más de una vez y he asistido a clases de religión, por eso sé cual es el motivo por el que les odio. Una frase muy típica mía es: para amar algo puedes conocerlo muy poco, incluso nada, pero para odiarle, debes de conocerle mucho. Así que os diré que la Biblia como historia fantástica no tiene precio, además debemos agradecer que existiese porque fue el primer libro, el que precedería a los miles posteriores, eso es algo que nunca dejaré de agradecer.
Esta sólo es mi humilde opinión, quizás esté completamente equivocada, pero si es así, ya ese Dios me castigará enviándome al infierno cuando muera. Yo soy una persona que sabe admitir las consecuencias de sus actos. También, por último, deciros que mi familia es creyente, así que sepáis que cada uno puede decir el camino por el que quiere marcar sus pasos, aunque cueste...

2 comentarios:

  1. Je, je, je!!! Tranquila muller... que os anxos coma ti non van nunca ao inferno, porque entón dime, ¿para quen inventaron o ceo?? Para os anxos, para quen senón. Je, je!!
    Moitos bicos celestes... :-)

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  2. La Iglesia, como todas las grandes empresas, no es un ente vivo que haga cosas buenas o malas, sino que depende de la dirección, el departamento y los empleados.

    Hace tiempo, era gracias a la Iglesia que los pobres podían comer, pero también es cierto que antes incluso la misma Iglesia prohibía la lectura (en parte, de esto trataba la reforma de Lutero, que propuso que los fieles debían aprender a leer para que cada uno leyera la Biblia y sacara sus propias conclusiones)

    Por cada obra de caridad, hay un cura pederasta, por cada hambriento que alimentan, un enfermo que muere de sida porque emplear el preservativo "está mal"

    Es cierto que, ahora mismo, la dirección principal es un tanto retrógrada, pero no se puede negar que hay gente en la empresa con buenas intenciones.

    Demonizar la Iglesia es como demonizar cualquier otra empresa: no hay que perder de vista que lo importante no es el órgano en sí, sino las personas que lo forman.

    O como dijo aquel, "no dejes que el bosque te impida ver los árboles"

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