jueves, 16 de junio de 2011

HOLA!!!!! cuanto tiempo queridos amigos y lectores. He estado bastante ocupada y agobiada (por qué vamos a negarlo), pero ahora que llega el verano y dispongo de un poco más de tiempo libre, me gustaría retomar el sueño de formar un espacio para vosotros y para mí, y ese lugar, después de haberlo intentado en tres blogs diferentes, es sin duda este. No sé porque esta bitácora ha tenido muchísimo más éxito que las otras dos, pero por algo será.
Ahora sólo albergo una duda a la que vosotros debéis responder: sigo este blog o no?
Vuestra respuesta será la definitiva, si dentro de unos cuatro o cinco días recibo respuestas afirmativas suficientes, entonces me pondré manos a la obra para rejuvenecer el blog y llenarlo de nuevos comentarios y críticas; si por el contrario no existe respuesta o esta es negativa, seré fiel a mis principios y cancelaré este sueño de deleitaros, porque estará claro que no lo he conseguido.
Quizás peque de pasotismo al dejar la decisión en vuestras manos, pero es lo que ahora siento que debo hacer, porque si algo no ha cambiado en mí a lo largo de los años es el hecho de ser fiel conmigo misma y con mis sentimientos y pensamientos.
Os ruego de todo corazón que contestéis a esta súplica, sea para bien o para mal. De todos modos, ahora y siempre, GRACIAS.

martes, 15 de marzo de 2011

Nuevo blog

Hola amigos!!! sólo deciros que a partir de ahora publicaré en:
espero recibir el mismo apoyo que me habéis dado hasta ahora, por eso, y más cosas, gracias. Os espero impaciente con mis reflexiones.

jueves, 9 de diciembre de 2010

HOLA de nuevo!! Aquí os dejo la nueva dirección que os prometí, a partir de ahora publicaré ahí. Espero que me sigáis tan activamente como hasta ahora. Gracias:

miércoles, 8 de diciembre de 2010

HOLA!!! últimamente tengo esto abandonado, pero es porque estoy preparando otro blog, así que en cuanto lo tenga listo os pongo la dirección para que continuéis ahí, apoyándome, por cierto, gracias por eso, je, je... muchos besos.

jueves, 23 de septiembre de 2010




Hay muchas cosas en este mundo que se parecen de forma casi exacta. Pero, fijaos en las imágenes, sí se parecen, pero, sin duda, no son lo mismo. Al igual que no es lo mismo luchar, con la palabra claro está (aunque, por desgracia, nunca se puede borrar la posibilidad de un enfrentamiento armado), por la libertad que esperar a que ella llegue sola, porque siento deciros que eso no sucede nunca. Siempre hay alguien dispuesto a retirar la libertad de los demás, pero rara vez existe alguien que solo intente devolverla.
Os dejo unos nombres de varios libros y películas en los que se muestra que la libertad es un bien poco común y que aquellos que se la retiran a los demás, aunque digan que es para mantenerlos protegidos, siempre terminan por ser causantes de desgracias, normalmente con muchas muertes de por medio:
1- Braveheart (película)
2- El show de Truman (película: un director jugando a ser Dios)
3- Rebelión en la granja, George Orwell (libro: el poder corrompe)
4- Adiós Bafana (película: porque Mandela enseñó un camino que nunca debió de estar cerrado para las personas de color, para esos seres humanos que han sufrido tanto por el simple color de su piel)
5- El niño con el pijama de rayas, John Boyne (libro y película: porque los niños no deberían estar influidos por las absurdas guerras en las que los mayores y más ignorantes humanos luchan de forma tan perversa, defendiendo algo que no tiene nada de defendible)

... y así podría seguir de forma interminable, pero no hace falta buscar en personajes de ficción, basta con echar un vistazo a nuestro alrededor...

Por último, recomiendo una película que no tuvo toda la publicidad que se merecía. Es una película de dibujos animados, pero no la juzguéis por eso, a veces los más pequeños son los que comprenden mejor las cosas. Esta producción cinematográfica es la mejor definición que yo he podido encontrar a lo largo de los años para dar una respuesta a ¿qué es la libertad?, pues aquí está esa definición, en ese pequeño caballo de gran corazón: Spirit, el corcel indomable
Espero que disfrutéis si decidís seguir mis consejos literarios y cinematográficos, es sólo una humilde opinión, mi humilde opinión, pero es una opinión que me sale del corazón y del pensamiento, de mi alma, de mi espíritu...





miércoles, 22 de septiembre de 2010


Ciorán dijo hace muchos años, siglos, que un libro debía de ser un peligro. En el fondo, estoy segura de que llevaba razón. Por más que me esfuerce en aparentar que leer me acerca a la felicidad, eso no es cierto, más bien, todo lo contrario, cuanta más sabiduría extraigo de ellos, más dolor e infelicidad me acompañan. Lo cierto, es que leer hace infeliz a la gente, aunque si renunciar a una parte de mi felicidad es el precio de disfrutar de las grandes obras que han escrito maravillosos autores, no me parece un precio tan elevado. No creo que mi vida vida haya sido fácil, pero eso sucede con todas las vidas de todas las personas (o, al menos, eso quiero pensar), pero tampoco es que yo sea una persona demasiado sencilla de tratar. No comprendo la mayor parte de las cosas o, más bien, las entiendo de un modo que el resto del mundo se niega a ver. Siento que no estoy dentro de este planeta en el que el resto de humanos viven, y, cada día que pasa, voy perdiendo una nueva esperanza que surge no sé de donde, una esperanza de hallar a alguien que me comprenda, una esperanza de vislumbrar la felicidad. No siempre he sido desdichada, cuando era muy pequeña era feliz, con la felicidad que da el hecho de ser un ser sin conciencia, sin temor a la vida, sin más experiencia que la de jugar a ser mayores. Ahora, tantos años después, hecho tanto de menos aquella vida, echo de menos aquella niña, me veo cada mañana en el espejo, intentando buscarla detrás de mis ojos, intentando recordarla, y, con desesperación, compruebo que ya no existe nada de aquel pequeño ser, nada de sonrisa, de su felicidad, de sus ganas de vivir, nada de lo que un día existió. Si es que aún existe algo de aquella niña, se trata de la fragilidad, aunque una fragilidad distinta: aquella pequeña era frágil físicamente, era poco fuerte; esa fragilidad física ha casi desaparecido, todo lo que puede desaparecer, con el paso de los años, pero ha ocupado su espacio una fragilidad aún más temerosa y más dolorosa, la fragilidad psicológica, mental, espiritual... o como cada uno quiera llamarle. El hecho es que antes no me dañaban las palabras y si los golpes, ahora preferiría mil y un golpes físicos que uno solo emocional. Yo sé que existe más gente como yo, que se siente perdida, sola ante un mundo rodeado de gente, pero eso no me hace mas feliz, todo lo contrario, saber que alguien sufre todo lo que yo también siento, es un motivo más para sentirme desdichada. Aunque no tengo demasiada edad física, como yo la llamo, (ya que ya soy mayor desde hace mucho en mi edad no física), me encontré ya con muchas personas, gente que me ayudó, que me acompañó, y me acompaña, en muchos momentos duros, pero aún así, siempre he sentido que no comprenden lo que siento. Realmente, es lógico que no lo hagan, yo misma me extraño de lo que hay en mi interior, y no para de preguntarme continuamente por qué no puedo ser como el resto de las personas de mi edad, que no tiene más preocupaciones que salir, hacer amigos, conocer el amor, incluso estudiar, y poco más. Sentirme como un extraterrestre nunca ha sido algo extraño para mí, pero cada día duele más sentirse así. En un principio, hace ya mucho tiempo (parece que hayan sido siglos), pensé que ser diferente no era algo malo, todo lo contrario, creí que eso me hacía especial, que me ayudaría a ser alguien digno de recordar, pero con el paso del duro tiempo, me di cuenta de que me equivocaba. Tengo miedo de darme cuenta, un día cualquiera, de que no fui lo suficientemente buena para estar en este mundo, darme cuenta de que este sentimiento de angustia y esta soledad en la que vivo, en realidad, no es consecuencia de tener una mente un poco extraña, que razona sobre temas que a nadie le preocupan, sino que es todo por culpa de mi persona en general. Esta última frase suena como si tuviese miedo a la muerte, pero eso no es cierto. Al contrario que la mayoría de humanos, no temo a la muerte, algún día (lejano también) la temí, pero ya no, ya no la temo y eso no es lo peor de todo, antes temía a la muerte, pero ahora temo a la vida. Me sorprende enormemente algo que he observado siempre con admiración, el hecho de que gente (mucha que conozco) que ha sufrido lo insufrible, gente que ha derramado lágrimas de sangre, el hecho de que se amarren de una forma tan admirable a la vida, me sorprende ver como desean seguir en este mundo y como esperan, con deseo sincero, que la muerte tarde mucho en llegar. Al contrario que ellos, yo nunca me he preocupado por si la muerte me sorprende algún día a la vuelta de la esquina, hubo veces, muchas, en las que incluso la desee, la desee con todas mis fuerzas, y, lo cierto, es que nunca me he sentido amarrada realmente a la vida, de hecho una parte de mi ya hace muchos años que ha dejado de caminar conmigo por este mundo, una parte que murió hace tiempo, una alegría esperanzadora que murió junto con aquella niña que amaba a los animales y que deseaba conocer a un príncipe que la querría por encima de todo (un príncipe, que al contrario que todos los sueños infantiles, no tenía por que tener una gran fortuna, bastaba con que estuviese lleno de amor, dulce amor). Como ya he dicho, nada queda ya de esa niña, nada que merezca la pena ver, aunque a veces, sólo algunas veces especiales, miro al espejo y puedo distinguir en lo más profundo de mis ojos un resquicio de aquella pequeña, esas contadas veces son las que hacen que mis pies se decidan a hacer un nuevo esfuerzo cada día por emprender una nueva caminata. No sé lo que me deparará la vida, aunque los que creen en el karma, dicen que si haces el bien obtienes el bien y que si te pasa todo lo malo luego llegará lo bueno, así que esperaré a ver si esos pensadores llevan razón. Así, mientras espere la vida irá pasando y lo único que deseo fielmente, es que cuando la muerte llegue a mi puerta y me acompañe a su camino, esa niña, aquella pequeña niña, me coja de la mano y me sonría con aquella gran sonrisa que le acompañaba cada día, desde la mañana hasta la caída del sol...