domingo, 19 de septiembre de 2010


Además de los poetas, ¿hay alguien más capaz de nadar en una piscina sin agua?

Yo pienso que no, pero qué pensáis vosotros. Lo cierto, es que los poetas, y todos los escritores en general, consiguen hacerse con una parte de nosotros cuando uno de sus libros recae en nuestras manos. Es como un diálogo, pero donde no existen dos interlocutores, sino sólo un escritor y un, cada vez más ansioso, lector. Alguien me dijo una vez, que no todo debía ser leído, que no todas las obras eran buenas y, por tanto, que no todas merecían un lugar en una biblioteca. Yo le respondí que no era cierto. Sí que hay obras malas e incluso, malísimas, eso es imposible de negar, pero todo el mundo merece ser leído, al menos, una vez, aunque sólo sea una simple compensación a su esfuerzo de plasmar ideas en palabras, pese a que no lo haya echo de la mejor manera.
Vosotros, ¿qué opináis?
(Por cierto, os recomiendo el libro que aparece en la imagen, es muy hermoso y está lleno de sentimiento y de emoción)

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